El entorno educativo ha experimentado notables cambios desde los
tiempos en que el curriculum básico estaba constituido por lectura,
escritura y aritmética. Se ha pasado al uso de conceptos más amplios
como alfabetización y matemáticas para reflejar el movimiento que va
más allá de la enseñanza de las habilidades básicas para decodificar
palabras, usar la ortografía y la gramática correctamente o calcular
sumas y dividir fracciones : se ha pasado al desarrollo de estas
habilidades como la base para desarrollar el pensamiento crítico, la
resolución de problemas y la toma de decisiones en contextos diversos.
La alfabetización y las matemáticas continúan siendo importantes
incluso en nuestro nuevo siglo y con el uso de ordenadores,
calculadoras, etc. Sin embargo, las habilidades básicas siguen estando
centradas en la comprensión, la comunicación y el uso de la información.
En EEUU las cuatro habilidades básicas incluyen materias fundamentales ;
habilidades para el aprendizaje y la innovación ; habilidades
relacionadas con la información, los medios y las tecnologías ; y
habilidades para la vida y la carrera. Por tanto, hemos evolucionado de
la lectura, escritura, aritmética a las habilidades de comunicación, de
pensamiento crítico, de creatividad, de colaboración, de comprensión
intercultural, de informática y para la carrera. No sólo hay que enseñar
a los estudiantes las habilidades básicas, sino también el uso de las
nuevas herramientas para que puedan enfrentarse a este nuevo mundo.
Si pasamos al mundo de los superdotados , ¿que significa enseñar la
alfabetización y matemáticas a estos estudiantes en plena era digital?
Para empezar habrá que estar más atentos a enseñar comprensión del
significado del texto que a pronunciar conjuntos de letras, a expresar
las ideas mejor que a formar letras y palabras, o a aplicar conceptos
numéricos mejor que las respuestas correctas en informática. Para
continuar, deberemos ampliar nuestro concepto de alfabetización y
numeración para desarrollar nuevas habilidades para conceptos emergentes
que contienen letras y números. El contenido académico abarcará un
amplio rango de materias (literatura, ciencias, ciencias sociales) y
habrán de adquirirse habilidades en función de un futuro empleo en
distintas profesiones. Se deberán resolver problemas prácticos de la
vida cotidiana. Si los estudiantes trabajan para aprender habilidades
básicas, no se les deberá retrasar con actividades repetitivas, más bien
habrá que explorar el uso de tecnologías como calculadoras y aparatos
de ayuda como lectores de texto y programas de dictado. Finalmente,
habrá que recordar que las materias enseñadas son simplemente medios
para fines más importantes que implican el uso de palabras y números
para resolver problemas en la escuela, en el trabajo y en la vida
diaria.
Extracto de: Ludlow, Barbara. “The Value of the Three Rs in the Digital Age”. En : Teaching Exceptional Children, nov/dec. 2011, vol. 4, nº 2, p. 6
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