Al igual que cuidamos nuestra alimentación, nuestro sueño, o nuestro cuerpo, muchos, cada vez más, somos los que estamos preocupados por cuidar nuestra mente. La ampliación de la esperanza de vida, el deseo de disfrutar hasta edades avanzadas de una capacidad de razonamiento correcto, ha convertido en superventas los programas tipo brain-training, y las antesalas de cualquier consulta médica en una suerte de competición entre crucigramas y sudokus. Sin embargo, todos estos intentos se basan más en intuiciones que en datos reales... al menos hasta que John Jonides Profesor de Psicología y Neurociencia de la Universidad de Michigan ha presentado sus conclusiones el pasado 28 de mayo en la la reunión anual de la Association for Psychological Science en Washington, DC. Y es que según Jonides jugar durante unos 20 minutos puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad de razonar y resolver problemas nuevos... eso sí, no vale cualquier tipo de juego, sino el llamado "n-back".
El ejercicio mental consiste en recordar las posiciones de una figura que se mueve de forma cíclica en una pantalla. Así de simple. Según los expertos e investigadores, la práctica diaria de esta actitivida, al menos durante un cuarto de hora, asegura unos resultados muy positivos respecto al aumento de la capacidad cognitiva y la inteligencia. El ejercicio puede ir complicándose e incluir también señales acústicas, o más de una señal visual o acústica a la vez.
El ejercicio mental consiste en recordar las posiciones de una figura que se mueve de forma cíclica en una pantalla. Así de simple. Según los expertos e investigadores, la práctica diaria de esta actitivida, al menos durante un cuarto de hora, asegura unos resultados muy positivos respecto al aumento de la capacidad cognitiva y la inteligencia. El ejercicio puede ir complicándose e incluir también señales acústicas, o más de una señal visual o acústica a la vez.
El llamado «entrenamiento n-back» consistió en realizar este tipo de tareas durante unos 20 minutos cada día durante 20 días mejora significativamente el rendimiento en una prueba de nivel de líquido de la inteligencia, la capacidad de razonar y resolver problemas nuevos, que es un elemento crucial de la inteligencia general. Y esta mejora se prolongó hasta por tres meses.
Este ejercicio mental utiliza una función del cerebro conocida como memoria de trabajo, que no es sino la capacidad de retener información de forma activa, a pesar de que se produzcan distracciones o interferencias en una tarea.
Los estudios también incluyeron pruebas con niños, mostrando el mismo tipo de efecto de entrenamiento utilizando una versión del juego de video de entrenamiento n-back, y demostrando que el entrenamiento mental en la tarea n-back da lugar a mejoras en las pruebas de inteligencia fluida.
Hace poco, otro grupo de investigadores sugirió la relación de este tipo de memoria con los numerosos olvidos que sufren las personas mayores cuando, por ejemplo, son incapaces de recordar qué estaban haciendo si, por cualquier causa, son interrumpidos o se les propone otra tarea.
Tú mismo puedes “fabricar” una prueba similar, utilizando 20 papeles en los que previamente se han dibujado sendas figuras geométricas que, ordenadas aleatoriamente de forma diferente, sirven para entrenar el cerebro ayudando a su “puesta a punto”. Además, este tipo de entrenamiento me recuerda mucho a un juego llamado "Memory" donde ibas emparejando dibujos después de levantarlos aleatoriamente de dos en dos. En cualquier caso lo importante parece ser la constancia...¡y el no hacer trampas!
Jonides y sus colegas también realizaron estudios de imagen neuronal de los adultos para mostrar el resultado de la actividad como la formación del cerebro afectada.
"Hemos encontrado dos efectos de nuestro régimen de entrenamiento", dijo. "Después del entrenamiento, la gente ha reducido las cantidades de flujo sanguíneo en las regiones cerebrales activas cuando se estaban haciendo tareas de entrenamiento. Y tenían mayores cantidades de flujo sanguíneo en las regiones cuando no estaban haciendo tareas de entrenamiento.
"De alguna manera, esto es muy similar a la formación de un músculo en el cuerpo, y en cierto modo, es diferente. Cuando nuevas fibras musculares han crecido como resultado de la formación, exigen un mayor flujo de sangre cuando no se están utilizando. Sin embargo, por el contrario, cuando los músculos nuevas están en uso, se requiere más sangre, a diferencia de las regiones de formación del cerebro.
Fuente: University of Michigan
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