Tests que miden su nivel, cociente intelectual,
nivel cultural, y diversas alternativas que dan identidad a la
inteligencia. Pero, ¿cuánto hay de mito y de realidad en estas
definiciones?
El autor del libro “Inteligencia exitosa”, Robert Stemberg, pone en jaque algunos parámetros que hasta hoy eran considerados palabra santa. Uno de ellos es el cociente intelectual, que se define en torno a una estadística que resulta de la realización de un test estandarizado para medir las habilidades cognitivas de una persona en relación con su edad.
R.J. Sternberg |
Por su parte, James Flynn, Profesor Emérito de la Universidad de Otago, de Nueva Zelanda y autor del “Flynn Efect”, descubrió a través de una serie de investigaciones que las mediciones del cociente intelectual cuentan con menos del 10% de las personas que tienen más éxito. Esto significa que este test deja afuera al 90% de los individuos que han conseguido metas importantes. Otro de los mitos que rondan socialmente alrededor del nivel de inteligencia es que “se nace con ella”. Absolutamente, falso. Una investigación encabezada por Julián De Zubiría Samper, titulada “Teorías Contemporáneas de la inteligencia y la excepcionalidad”, lo desmitifica. El estudio comprobó que los individuos que no reciben apoyo y orientación de calidad pueden llegar a deteriorar sus niveles de interés, autonomía y pasión por el conocimiento. En cambio, quienes son estimulados y motivados en el conocimiento y la práctica pueden acrecentar notablemente su desarrollo intelectual.
Entonces, ¿se nace o se hace? La inteligencia se construye. “La inteligencia es modificable, cada uno puede aumentarla o disminuirla. No obstante, la inteligencia no es primordialmente un problema de cantidad, sino de equilibrio y de saber cuándo y cómo usar las habilidades analíticas, creativas o prácticas”, destaca Stemberg. Por su parte, Zubiría destaca la importancia del estímulo como factor decisivo. “Detrás de todo joven con talento siempre encontraremos un padre o una madre que favoreció una amplia exploración de intereses desde edades tempranas;. Por ello, se puede afirmar que el talento no reposa tanto en la cabeza o en las manos de un niño como se supuso durante el siglo XX. La inteligencia y el talento dependen esencialmente de la interacción entre el niño, los mediadores y a cultura“ . La inteligencia es una construcción. Nadie está signado por su genética.
“Nuestras propias investigaciones nos permiten concluir que, antes que el cociente intelectual, en el rendimiento escolar de un estudiante tienen un papel mucho más importante la autonomía, el interés, la creatividad, la reflexividad y la resonancia familiar y escolar. Después de realizar más de 2.000 correlaciones, podemos concluir que la correlación entre cociente y rendimiento académico es prácticamente nula”, sostiene Zubiría. Pero, entonces ¿qué miden los test de cociente intelectual? Stemberg explica que evalúan solamente el vocabulario y la información general. Es decir, una persona sumamente informada puede obtener un mayor cociente que una persona que no lo está, pero quienes han obtenido un bajo puntaje pueden contar con mayor número de capacidades y habilidades.
Fuente: Vida Positiva
Hace ya unos años que empezamos con el tema de las altas capacidades. Tenemos un hijo "diagnosticado" como niño con alta capacidad. Se le han realizado test "basicos" según el psicólogo del colegio que son los que han dado este resultado. Recibe junto a otros compañeros el soporte SAC en el colegio donde mediante ejercicios y juegos les estimulan para evitar el aburrimiento en clase. En el caso de mi hijo se sigue aburriendo. Muchas veces con mi marido y familiares hemos comentado que yo como madre le conozco perfectamente a nivel ... sentimental, es decir, se cuando va a llorar, lo que le gusta, lo que siente ante según que cosas, provocar su risa..... El tema está en que es un total desconocido a la hora de, como lo diria, pensar, expresar, calcular... total no se en que punto está su mente. Diáriamente me sorprende con un lenguaje riquísimo, preguntas sobre cálculos que me hacen correr a la calculadora y comprobar muchas veces que sus respuestas son correctas, la increible rapidez que tiene devorando libros y que le preguntes y te lo responda todo. Libros que son de lectura infantil, aventuras sobre todo, evidentemente no le voy a dar a leer kafka. Y como madre le diré que siento una angústia terrible, se que parece una exageración pero lo siento. He buscado ayuda para saber como estimularlo y que disfrute de ello y la verdad me he encontrado una sociedad desinformada sobre el tema, miedosa ante niños "un poco más listos que los demás", que pensarán de los superdotados!!
ResponderEliminarAhora estamos con un psicólogo que le ayuda a exteriorizar los sentimientos que ha guardado bajo una coraza porque su entorno no le entiende, pero ese es otro tema. Para acabar decirle que respecto al artículo creo que es muy importante estimular a los niños para su desarrollo pero también que muchos NACEN con gran inteligencia y que debido a la desinformación no consiguen llegar a su máximo.
Gracias por la aportación. A lo largo de los años he conocido a muchas, muchas familias con hijos e hijas de altas capacidades. El sentimiento de angustia al que se refiere es compartido por todas ellas, especialmente fruto de las situaciones donde no se les proporciona una respuesta válida y coherente.
ResponderEliminarLa desinformación sigue siendo mucha; las personas y páginas que hablan del tema sin saber también empiezan a ser muchas. Sin embargo, también existen buenos profesionales y creo que, aunque lentamente, la sociedad va concienciándose de las características, necesidades y derechos que estos niños, cómo cualquier otro que lo necesite, tienen.
Muy bueno, muchas gracias!
ResponderEliminarGracias por leerme y opinar :-)
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