Kim Pee |
Son personas con un comportamiento social y mentalmente disfuncional, que muestran al mismo tiempo talentos excepcionales sin necesidad de haberlos ejercitado nunca.
Superdotados y deficientes al mismo tiempo. Una persona con Síndrome de Savant puede memorizar millones de datos, reproducir artísticamente aquello que ve y tocar instrumentos sin necesidad de aprendizaje, sin embargo algunos de ellos no pueden ni cubrir sus necesidades más básicas.
Fue J.Langdon Down, descubridor del Síndrome de Down o síndrome del fenotipo trisomía 21 quien acuñó el término Idiot savant (sabio idiota) que terminó por ser poco aceptado y quedar algo obsoleto. En la actualidad se le conoce principalmente por el nombre de Síndrome de Savant o Síndrome del Sabio.
El savantismo combina un funcionamiento cognitivo generalmente bajo con una o varias habilidades excepcionales. La música, el arte, el cálculo o la memoria son algunos de los ámbitos en los que estas personas suelen destacar. Es un trastorno poco común. Su escasa prevalencia entre la población general junto con las dificultades de encajarlo en un trastorno específico como el autismo o en cualidades como la superdotación, hacen que este síndrome sea un quebradero de cabeza para muchos estudiosos del tema.
Este síndrome posee una serie de características generales basadas en un bajo cociente intelectual, altas capacidades o talentos relacionados con el arte, la música, la memoria o el cálculo, poca lógica y problemas de lenguaje, alta memoria visual, gran capacidad para captar y reproducir dibujos o imágenes 3D, habilidades mecánicas, grandes dificultades sociales e intereses obsesivos entre otras cualidades y déficits.
En general, este síndrome suele considerarse, dentro de los trastornos del desarrollo, como un tipo especial de autismo, asemejándose en mayor medida al síndrome de Asperger, que dentro del espectro autista es considerado el trastorno menos profundo.
En el Síndrome de Savant, las hipótesis formuladas bajo la posibilidad de una existencia de daño cerebral en el hemisferio izquierdo han sido respaldadas por las actuales pruebas de neuroimagen. De esta manera, un Savant podría tener el hemisferio derecho más desarrollado, siendo éste el responsable de tales talentos extraordinarios.
Uno de los ejemplos de genialidad en cuanto a memoria es el famoso Kim Peek, Savant que inspiró la película de Rain Man con su personaje de Raymond. Kim Peek -fallecido en 2009- podía presumir de saber de memoria unos 8.000 libros, y era capaz de decir cualquier dato que se le preguntara, fechas, obras musicales, acontecimientos históricos etc. A pesar de todo, su prodigiosa memoria contrastaba con su incapacidad para cuidarse a sí mismo.
Por sus características, la propuesta de tratamiento para un Savant puede ser similar al tratamiento dirigido a un síndrome de Asperger. En primer lugar deben evaluarse las deficiencias y habilidades del niño o adulto para tener claro donde poder incidir en mayor o menor medida.
Por lo tanto, lo que se pretende en estos casos es fomentar las habilidades sociales y de comunicación de la persona afectada con su familia y con el entorno. Promover la compaginación de su interés con el resto, fomentar la interacción. Evitar rumiaciones y obsesiones internas mediante técnicas de parada de pensamiento, enseñar a sus familiares a desviar los temas de conversación cuando sea necesario, emprender actividades que estimulen y hagan trabajar el hemisferio cerebral izquierdo y utilizar condicionamiento clásico para reforzar conductas apropiadas y reducir o extinguir conductas no deseadas.
Fuente: Hechos de hoy
Superdotados y deficientes al mismo tiempo. Una persona con Síndrome de Savant puede memorizar millones de datos, reproducir artísticamente aquello que ve y tocar instrumentos sin necesidad de aprendizaje, sin embargo algunos de ellos no pueden ni cubrir sus necesidades más básicas.
Fue J.Langdon Down, descubridor del Síndrome de Down o síndrome del fenotipo trisomía 21 quien acuñó el término Idiot savant (sabio idiota) que terminó por ser poco aceptado y quedar algo obsoleto. En la actualidad se le conoce principalmente por el nombre de Síndrome de Savant o Síndrome del Sabio.
El savantismo combina un funcionamiento cognitivo generalmente bajo con una o varias habilidades excepcionales. La música, el arte, el cálculo o la memoria son algunos de los ámbitos en los que estas personas suelen destacar. Es un trastorno poco común. Su escasa prevalencia entre la población general junto con las dificultades de encajarlo en un trastorno específico como el autismo o en cualidades como la superdotación, hacen que este síndrome sea un quebradero de cabeza para muchos estudiosos del tema.
Este síndrome posee una serie de características generales basadas en un bajo cociente intelectual, altas capacidades o talentos relacionados con el arte, la música, la memoria o el cálculo, poca lógica y problemas de lenguaje, alta memoria visual, gran capacidad para captar y reproducir dibujos o imágenes 3D, habilidades mecánicas, grandes dificultades sociales e intereses obsesivos entre otras cualidades y déficits.
En general, este síndrome suele considerarse, dentro de los trastornos del desarrollo, como un tipo especial de autismo, asemejándose en mayor medida al síndrome de Asperger, que dentro del espectro autista es considerado el trastorno menos profundo.
En el Síndrome de Savant, las hipótesis formuladas bajo la posibilidad de una existencia de daño cerebral en el hemisferio izquierdo han sido respaldadas por las actuales pruebas de neuroimagen. De esta manera, un Savant podría tener el hemisferio derecho más desarrollado, siendo éste el responsable de tales talentos extraordinarios.
Uno de los ejemplos de genialidad en cuanto a memoria es el famoso Kim Peek, Savant que inspiró la película de Rain Man con su personaje de Raymond. Kim Peek -fallecido en 2009- podía presumir de saber de memoria unos 8.000 libros, y era capaz de decir cualquier dato que se le preguntara, fechas, obras musicales, acontecimientos históricos etc. A pesar de todo, su prodigiosa memoria contrastaba con su incapacidad para cuidarse a sí mismo.
Por sus características, la propuesta de tratamiento para un Savant puede ser similar al tratamiento dirigido a un síndrome de Asperger. En primer lugar deben evaluarse las deficiencias y habilidades del niño o adulto para tener claro donde poder incidir en mayor o menor medida.
Por lo tanto, lo que se pretende en estos casos es fomentar las habilidades sociales y de comunicación de la persona afectada con su familia y con el entorno. Promover la compaginación de su interés con el resto, fomentar la interacción. Evitar rumiaciones y obsesiones internas mediante técnicas de parada de pensamiento, enseñar a sus familiares a desviar los temas de conversación cuando sea necesario, emprender actividades que estimulen y hagan trabajar el hemisferio cerebral izquierdo y utilizar condicionamiento clásico para reforzar conductas apropiadas y reducir o extinguir conductas no deseadas.
Fuente: Hechos de hoy
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