La rapidez al procesar información distingue a los grandes jugadores. Los jugadores de primera forman parte del 5% de la población con mejores funciones ejecutivas.
Los mejores futbolistas tienen un nivel extraordinario de un tipo de inteligencia que les permite procesar una gran cantidad de información en muy poco tiempo y tomar la decisión correcta, según una investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) presentado ayer en la revista científica Plos One.
La investigación se ha centrado en las llamadas funciones ejecutivas del cerebro. Este concepto engloba múltiples aptitudes cognitivas útiles en deportes de equipo. Entre ellas destacan la memoria de trabajo (o capacidad de manejar información a corto plazo, como la trayectoria de la pelota o la posición de los rivales); la resolución creativa de problemas (para tomar la decisión adecuada); la flexibilidad cognitiva (para corregir la decisión sobre la marcha según lo que hagan otros jugadores); y la inhibición de impulsos (para no chutar hacia dónde se había pensado primero sino hacia dónde se ha decidido después).
Los investigadores han comparado las funciones ejecutivas en tres grupos de voluntarios: jugadores de primera división de Suecia, tanto de equipos masculinos como femeninos; jugadores de divisiones inferiores; y personas de la población general que no juegan al fútbol.
La comparación se ha basado en distintos tests específicamente diseñados para evaluar funciones ejecutivas. Los resultados muestran que los futbolistas de primera división suelen tener mejores funciones ejecutivas que los de divisiones inferiores; y estos las tienen mejores que la población general.
Según el análisis estadístico de los resultados, los jugadores de primera división forman parte del 5% de la población que tiene mejores funciones ejecutivas.
Los futbolistas participantes en el estudio fueron seleccionados por sus propios entrenadores, a quienes los investigadores pidieron que reflejaran el nivel medio del equipo. Es decir, que no fueran las estrellas, pero tampoco suplentes habituales.
Jugadores de nivel superior tienen posiblemente las funciones ejecutivas aún más afiladas. “Xavi e Iniesta muestran con sus acciones que tienen una habilidad extraordinaria en flexibilidad cognitiva y en creatividad bajo presión, las dos funciones ejecutivas más importantes en el fútbol”, declaró ayer Torbjörn Vestberg, primer autor de la investigación, por correo electrónico.
Los investigadores analizaron también hasta qué punto las funciones ejecutivas influyen en el rendimiento de los futbolistas. Los resultados muestran que los jugadores que obtuvieron mejores resultados en los tests fueron los que, dos temporadas más tarde, marcaron más goles o realizaron más asistencias.
“El éxito en los deportes de pelota depende de cómo se procesa la información en contextos complejos y rápidamente cambiantes”, argumentan los investigadores en Plos One. “Los jugadores deben procesar una gran cantidad de información a cada nuevo momento. Deben evaluar la situación constantemente, compararla con experiencias pasadas, pensar en nuevas posibilidades, tomar decisiones rápidas e inhibir con igual rapidez otras decisiones que se habían tomado”.
La investigación “puede cambiar la visión sobre la relación que hay entre el fútbol y la cognición”, destaca Predrag Petrovic, director del trabajo, en otro correo electrónico.
Según los investigadores, unas buenas funciones cognitivas mejoran al futbolista; en cambio, jugar al fútbol apenas mejora las funciones cognitivas. Por esta razón, los investigadores sugieren que se puede predecir el potencial de una joven promesa con tests que evalúen estas funciones.
Esto se explica porque las funciones ejecutivas maduran a lo largo de la infancia y la adolescencia y, tras unos años al máximo nivel, entran en declive alrededor de los 25 años. “El cerebro es maleable y, cómo cualquier otra parte del cuerpo, se puede ejercitar”, explica Vestberg. Pero “a día de hoy nadie sabe cómo se pueden entrenar”.
Fuente: La Vanguardia
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