Desde
que se comprobó que el C.I. podía modificarse a lo largo de la vida,
los investigadores no han dejado de buscar métodos que aumenten la
inteligencia. Aquí, algunos ejemplos concretos de diversas estrategias
que la ciencia ya ha identificado por su aporte a nuestro intelecto.
17. Para aprender, el desorden es mejor
Es la conclusión a la que
llegó el sicólogo de la U. de California, Robert Bjork, cuando en sus
estudios comprobó que las personas recordaban mucho mejor aquella
información que habían aprendido desordenadamente y desde varias
fuentes.
Fuente: La Tercera
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