No siempre es fácil encontrar un colegio adecuado para
un/una niño/a superdotado/a; esto lo sabemos sus padres. A continuación,
un chico superdotado de 14 años , Mario Martín Fernández, nos cuenta su
experiencia al respecto.
"Mi madre sabe bien lo que es buscar el colegio adecuado, ya que a mis 14 años me he cambiado ocho veces de colegio.
He estado en todo tipo de colegios, públicos, concertados y privados.
Dentro de los privados he estado en un colegio bilingüe y en otro
británico. Tras cambiar ocho veces de colegio, intentado buscar algo
más, acabas por darte cuenta de que de una forma u otra la mayoría de
los colegios son similares. No hay colegio mejor ni peor, ya que lo que
para uno puede ser bueno para otro puede ser malo.
Desde que he sido pequeño he recibido clases particulares en casa, tanto
de idiomas como de matemáticas, ya que el nivel del colegio no
satisfacía mis necesidades académicas. Al ver que ningún colegio español
me ofrecía lo que necesitaba le pedí a mi madre ir a un colegio
británico.
Tras realizar un examen de admisión para comprobar mi nivel fui
aceptado. Al principio me dio bastante tristeza irme de mi colegio, ya
que aunque el nivel no era todo lo alto que yo necesitaba me sentía
feliz, pero pensé que lo mejor para mi sería un colegio británico ya que
supondría un nuevo reto para mí. Empecé el nuevo curso en el colegio
británico, la verdad es que al principio fue un reto para mi cerebro ya
que al no ser mi lengua materna el inglés debía prestar atención, aún
así tras acostumbrarme al sistema volví a sacar A+ (equivalente al 10 en
España). Conseguí ponerme a la cabeza de mi clase, todo aquello por el
hecho de ser en inglés tenía que esforzarme más. Se supone que tras
haber alcanzado el colegio de mis sueños, donde no me aburriría debería
haber estado feliz, por desgracia esto no fue así. Aunque por una parte
mi cerebro me decía que ese era el lugar indicado para mí, por dentro me
moría de tristeza. Echaba de menos a mi antiguo colegio, a mis
compañeros y a mis antiguos profesores. Cuando estaba en mi antiguo
colegio solía levantarme todas las mañanas con ganas de ir al colegio,
con una gran sonrisa y sin pereza alguna. En cambio, cada día que pasaba
en el colegio británico tenía menos ganas de ir al colegio. Cada día
que pasaba se me hacía más cuesta arriba y empecé a no tener ganas de ir
al colegio. Algunos días tras volver del colegio recordaba mi antiguo
colegio y me echaba a llorar. Llegué a un punto en el que no podía
aguantar más esa sensación de nostalgia y angustia. Finalmente decidí
contarle a mi madre como me sentía. Tras contarle como me sentía llegué a
la conclusión de que quería volver a mi antiguo colegio. Así que tras
llamar mi madre a la jefa de estudios de mi antiguo colegio, me dieron
de nuevo una plaza allí. Tras comunicarme mi madre aquello volví a
sentirme como no me sentía desde el año pasado.
Ahora vuelvo a estudiar en mi antiguo colegio, es verdad que a lo
mejor no me ofrece todo lo que necesito a nivel académico, pero me
ofrece lo más importante de todo: felicidad.
Si hubiera seguido en el colegio británico posiblemente hubiera caído en
fracaso escolar, pero no debido al aburrimiento como suele ocurrir,
sino debido a mi estado emocional.
Así que tras haber pasado por ocho colegios distintos he descubierto que lo único que importa de verdad es ser feliz".
Mario Martín Fernández; 14 años de edad
Fuente: Athenea Psicologia
Esta combinación de gatos y altas capacidades me encanta! Este cole-gatuno, en concreto, tiene que ser la bomba!!
ResponderEliminarMucho ánimo con el blog. Me gusta mucho y es inspirador. Te felicito por tu trabajo y esfuerzo.
Un abrazo grande,
Marcos
¡Gracias! Mantener el blog activo es más difícil de lo que parece...pero ahí estamos.
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